18 de diciembre de 2007

Estimado Papa Noel. Relato de Navidad

Hola Lectores:

Si queréis publicar algo en mí blog para que lo vean los demás, enviármelo al e-mail: alberto.zambade@hotmail.com y en breve será publicado.

Saludos del Dardo
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Apreciados lectores /as:

Admiro muchísimo y acogo con gran emoción su paciencia y constancia hacia mis devenires. Pues es de gran agrado saber que uno no camina sólo en esta vida, que tiene gente que le aprecia, le quiere y le transmite muchos valores importantes. Nos es que haya vuelto del todo, pero en parte sí que me apetecía regalaros este recuerdo navideño, para que lo compartan con ilusión y cariño entre sus seres queridos.

Esta carta es muy especial en su contenido, porque la dediqué para los "Grandes", cuando la lean entenderán el término. Todos necesitamos de la ilusión y la alegría que transmite la Navidad, aunque no a todos los lugares llegue con la misma intensidad. Hoy escribo a Papa Noel, aún sabiendo que no tendré respuesta, para que me conceda el único deseo que todos los "Grandes" necesitamos para afrntar nuestras responsabilidades con serenidad y alegría... Os dejo con el relato, un placer tenerles y sentirles tan cerca.

¡Feliz Navidad!
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Estimado y querido Papa Noel:

Han pasado muchísimos años desde aquellas Navidades en que miraba la leña como ardía en el interior de la chimenea, sentado en las rodillas de mi padre, con la ansiedad de ver algún destello rojo o escuchar el sonido del campaneo de los renos... Pues siempre terminaba rindiéndome antes el sueño y entonces era mi imaginación quién lograba transportarme hasta el mundo de lo imaginable para poder hacerte invisible ante mis ojos y de ese modo poder conservarte intacto en el arcón mágico de mis recuerdos.
Como bien puedes comprobar, he cumplido muchos años. Aún tengo parte de tu misión, como en algún momento la tuvieron mis padres antaño. Mas allá de ello, aún cuando los velos de la inocencia son corridos uno a uno todos los días y la erosión del tiempo hace eco en mi vida, cuando estoy comenzando a creer lo que jamás creí y creyendo aún más en los dictados del alma; es ahora cuado te escribo por primera vez desde lo más profundo de mi corazón. Pues aunque no me creas, hay muchos y muchas que me hablan sobre la magia que desprendes, sobre lo mágicos que somos todos, pero en especial tú, Papa Noel. Pues, por negarnos como tal, estamos ciegos ante nuestros corazones, permanecemos lejanos ante las cosas que no creemos conocer a ciencia cierta y anulamos toda posibilidad de creencia que dé la apariencia ante el resto de pintarnos como seres humanos que estamos locos y creemos lo increíble e imposible por vivir en un mundo inmerso que se desenvuelve entre arena y niebla. Las miradas pierden el brillo navideño, las armaduras y la corazas crecen ¡Tenemos tanto miedo de entregarnos, de creer, de salir mal heridos ante el resto! Te confieso que desde entonces camino entre sombras y pido deseos desesperados a gritos, lejos de la convicción de que podían hacerse alguna vez realidad ante mis ojos.
Hoy te escribo, Papa Noel, para pedirte un deseo, apelando a mi ser mas pequeño y sabio y al que me resta de inocencia. Mi mirada está cansada y muchas veces nublada, mi corazón comprimido... Hay muchas cosas que no entiendo, Papa Noel. Sin embargo, necesito seguir creyendo en ti, en todo y en todos. Me llegó la hora de ser adulto, me llegó la hora de acometer responsabilidades y no quiero perder mi sonrisa, ni el brillo de cristal en mi mirada, ni la ilusión por seguir transmitiendo tu magia a los más pequeños de la casa.

Pues vi muchos “grandes” con las caras largas con el paso del tiempo, con mochilas cargadas de cuentas, no resueltas, empeñados en seguir anclados en un pasado irreversible, irrevocable y sentí mucho miedo de ser como ellos. Sí, sé lo que estás pensando, Papa Noel, cada cuál tiene lo suyo. Pero sólo te pediré una cosa más. Te pido que saques de mis ojos las vendas invisibles, pero no por ello irreales, que no me permiten ver la verdad y dame la fortaleza suficiente para hacerme “grande” sin que quitarme la sensibilidad, dándome tenacidad sin volverme caprichoso, dándome la ilusión que necesito para seguir siendo tan feliz creyendo en ti, en tu magia, mientras crezco.

Pues he crecido, lo sé, pero aún necesito de los sueños y de las ilusiones para seguir haciéndolo con responsabilidad y con mucho amor a los demás. Pues aún me acuerdo de las hermosas palabras que mi padre me decía, antes de caer en un profundo sueño, cuando mi indecisión se cruzaba y turbaba mis creencias en ti “Alberto, no puede existir un desequilibrio tan grande como para desear desde nuestro corazón algo que nunca va a estar a nuestro alcance.”

Ahora que la fecha se aproxima, me gustaría pedirte un deseo más, pero sólo si puedes, para que lo incluyas dentro de tu bolsa inagotable de regalos. Sólo te pido que agregues algo de todo esto y que dejes para nosotros los “grandes” un poco, sólo un poco de magia para poder creer en nosotros y seguir creyendo en ti, que es lo más maravilloso y mágico que nos puede suceder a todos.

Con cariño:

Un niño que ya creció.

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¡Feliz Navidad!

Alberto Zambade.
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10 de noviembre de 2007

¿Nos volveremos a ver? Seguro que pronto

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Saludos del Dardo
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¿Cuánto cuesta cumplir un sueño?
¿Existen los deseos?
Cómo es posible que todo lo que creemos tener a nuestro alcance se convierta a veces en un simple producto de nuestra imaginación.
Qué es la verdad y la mentira, si todo se sugestiona en beneficio de quién mueve los hilos.
Puedo crear si me lo propongo pero ¿podré exponer de igual modo?
¿Dónde está el límite de mi imaginación, mi creatividad e ilusión y el mundo real, aquel mundo frío que desprecia tus valores, tus esfuerzos?

Hoy quiero agradecer el apoyo que me han dado a todos ustedes por estar ahí, siguiéndome en cada instante, en cada momento de inspiración, en cada viaje, en cada leyenda, en cada sentimiento, en cada opinión. En definitiva, quiero agradecerles su apoyo, su calor y su pasión por la lectura, por los buenos o malos ratos que le haya hecho pasar, porque a fin de cuentas me han hecho muy feliz.

Y la felicidad, no atiende de razones sino de sentimientos. Gracias a todos. Me despido por una temporada la cual aprovechare para llenarme nuevamente de vida, de instantes, de leyendas y sentimientos, de escritos y recuerdos, que espero me ayuden a encontrar de nuevo el camino.
Gracias en especial a Valki y a Deik por el cariño que me han aportado, ya saben a lo que me refiero.

¿Nos volveremos a ver? Seguro que pronto.

Mientras, sean felices…
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Alberto Zambade
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30 de octubre de 2007

Cine de leyenda

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Saludos del Dardo
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Os presento dos hermosas películas que me hicieron soñar, una es de extreno y la otra ya no tan de extreno, pero para mi siempre lo será...

Como no podía ser menos os las recomiendo, para todo aquel que aún no las haya visto...

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Stardust

¿Qué hiciste para conseguir el corazón de tu pareja?

El bello pero frío objeto del deseo se va en busca de una estrella para entregársela a su amada. El viaje le lleva Tristan a un país misterioso y prohibido más allá de los muros de su pueblo. Y en el transcurso del mismo, encuentra la estrella convertida en una preciosa mujer, Yvaine.
Pero Tristan no es el único que busca la estrella. Los cuatro hijos del Rey, y los fantasmas de sus tres hermanos muertos, necesitan la estrella si quieren ocupar el trono. Tristan también debe vencer a Lamia, la malvada bruja que desea la estrella para recuperar la juventud. Tristan lucha para deshacerse de estas amenazas, pero cuando conoce a un pirata llamado capitán Shakespeare y a un siniestro comerciante llamado Ferdy the Fence, su búsqueda cambia de rumbo. Descubre el significado del auténtico amor y quiere conquistar el corazón de la estrella Yvaine. Una estrella que ha caído del cielo en el país mágico de Stormhold, separado por un muro del pueblecito victoriano de Muro. No es un meteorito cualquiera, sino una preciosa joven cuya larga caída a través del cosmos la ha puesto en grave peligro, ya que muchos quieren hacerse con sus poderes secretos. Todos se lanzan tras ella, desde un joven pueblerino que la necesita para conquistar a la chica que ama, pasando por una feroz y malvada bruja que quiere recuperar la eterna juventud, por un codicioso príncipe que quiere deshacerse de la competencia al trono, hasta una serie de seres sobrenaturales, duendes e incluso un pirata volador, todos la quieren para algo, bueno o malo, y desean una única cosa, su corazón.



Una peli que no os podéis perder, se extrenó el 26 de octubre de 2007. Os va a gustar.
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Big Fish

De pequeño me pasaba el día observando la Enciclopedia de mi padre, pues algo parecido le pasaba a Edward el personaje principal de Big Fish. Él era un niño de ocho años confinado en una cama a causa de un crecimiento sobrenatural que leyendo en un periódico se fija en un artículo sobre los peces grandes, el cual decía “si los peces grandes se guardan en una pecera pequeña se quedarán pequeños. Con más espacio, el pez puede doblar, triplicar o cuadruplicar su tamaño”. Diez años más tarde, tras convertirse en el joven más popular de Ashton, Carolina del Sur, se da cuenta de que, como los grandes peces, para crecer, debe abandonar su hogar y explorar el mundo. Como confiesa a su nuevo amigo Karl el Gigante, “¿Crees que este pueblo es demasiado pequeño para ti? Bueno, es demasiado pequeño para un hombre de mi ambición. Amo cada metro cuadrado de él. Pero puedo sentir como sus límites se ciernen sobre mí. La vida de un hombre sólo puede crecer hasta cierto punto en un lugar como este”. Y entonces, comienza un viaje mítico e increíble. Muchos años e incontables aventuras. Edward Bloom es muy conocido por contador de historias sobre su colorida vida de joven poco ordinario, cuando su pasión por los viajes lo llevó por todo el mundo y de vuelta otra vez a su dulce hogar. Sus míticas proezas van de lo encantador a lo surrealista, entretejiendo sagas épicas sobre gigantes y hombres lobo, cantantes de salón coreanas, una bruja con un ojo de cristal que puede ver el futuro, y desde luego, un gran pez que se niega a ser cogido. Las fabulosas historias de Bloom encantan a cualquiera, me encantaron de chico y ahora de mayor aún me gusta escucharlas... Excepto a su hijo Will, que también ha abandonado su hogar, pero en este caso para escapar de la gran sombra de su padre. Cuando Edward enferma y su mujer, Sandra trata de reconciliarlos, Will se embarca en su propio viaje personal para separar el mito de la realidad, de la vida de su padre, y aceptar los grandes éxitos y los grandes fracasos de éste y de toda su vida.

Es un precioso ejemplo a seguir, si quieren ser felices...



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Alberto Zambade
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25 de octubre de 2007

Leyendas de Brujas en México.

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Hace tiempo, de viaje por México, me interesé por las leyendas rondan por sus calles y su historia. Al de instalarme en un hotel de la ciudad comencé a investigar sobre las leyendas que hay en todo el país. Lo que mas abunda son las leyendas de las brujas, el famoso charro negro, una de las leyendas típicas de México. Al día siguiente de instalarme fui a visitar la cuidad Estado de México para ver con mis propios ojos el rancho donde las brujas se guarecían en su interior. La gente del lugar afirmaban que había brujas allí y les pedí que me contaran todo y esto fue lo que me contaron.
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La leyenda del Charro negro

Por las noches en los montes de Estado de México se ven bolas de fuego saltando de un árbol a otro mientras avanzan sigilosamente hasta llegar al pueblo. Me dijeron que cerca del pueblo de San Juan, en México, un hombre que conducía su camión de carga por la carretera a altas horas de la madrugada de pronto se chocó con una figura de mujer y el espíritu de ésta le atravesó todo el cuerpo al golpearla con su camión. El señor, entre confuso y disgustado, se bajo de la cabina para asistir a la mujer a la que creyó haber atropellado, pero en su lugar se encontró a un gran murciélago negro, mal herido. Decidió, pues, llevárselo para entregárselo a alguna veterinaria, echándolo en la parte de atrás del camión, en el remolque donde llevaba toda la carga.
Al cabo de unos minutos, mientras conducía, comenzó a escuchar ruidos, gritos y muchos golpes en la parte trasera del camión. De inmediato paró el camión, bajo de nuevo de la cabina y fue a ver qué pasaba en el remolque. Al abrir el portón de carga el ruido cesó. Se había esfumado el murciélago y en su lugar apareció el cuerpo de una mujer muerta. Si os da pánico leerla, el testigo que me argumentó la historia en su momento, había sido partícipe directo de una de ellas. Imaginaos las expresión de su rostro mientras me lo narraba todo junto a un pequeña hoguera con cuatro maderas ardiendo y sólo el resplandor del fuego nos servía de luz para vernos las caras en esa oscura noche. Fue toda una experiencia muy misteriosa que recuerdo de viaje por las tierras mexicanas.

Alberto Zambade
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19 de octubre de 2007

Con un libro puedo y puedes…(Fomentando la Lectura)

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Con un libro puedo y puedes…

Con un libro puedes…
leer para pensar,
pensar para crear,
crear para cambiar.

Con un libro puedo…
leer para comprender,
comprender para razonar,
razonar para opinar.

Con un libro puedes…
leer para soñar,
soñar para aprender,
aprender para escribir.

Con un libro puedo…
leer para descubrir,
descubrir para debatir,
debatir para enseñar.

Pues, muchas veces me pregunto, ¿Por qué leer? Y ¿Para qué leer?
A veces leo para vivir mucho más,
Para detener el tiempo.
Para saber que seguimos vivos.
Para saber y saber, cada vez más.
Para aprender.
Para descubrir el otro mundo que nos rodea.
Para conocer otros mundos, otras culturas.
Para conocer a los otros, tantos otros, a todos vosotros que me leéis y escribís.
Para conocerme a mi mismo.
Para crear un mundo propio.
Para reír.
Para llorar.
Para consolarnos entre signos.
Para declararnos lo que sentimos el uno por el otro.
Para eliminar las distancia que nos separan.
Para que nuestros corazones hablen sin miedo.
Para desterrar la melancolía.
Para ser lo que somos y crear lo que seremos mañana.
Para evitar ser lo que somos y engañar al que te acompaña en tu camino humildemente.
Para dudar.
Para aprender a pensar.
Para saber amar.
Para consolar al que lo necesita.
Para ayudar a los olvidados.
Para protestar por las injusticias.
Para negar lo que no es justo.
Para afirmar que lo sabemos con certeza.
Para huir del miedo, de la opresión.
Para combatir la fealdad.
Para refugiarnos.
Para evadirnos del tiempo.
Para imaginar y soñar que viajas al mundo de “Nunca Jamás”.
Para explorar las vidas de otros, las cosas ocultas de la vida.
Para jugar.
Para pasarlo bien compartiendo ideas y pensamientos.
Para crecer culturalmente.
Para ser yo, ahora y siempre...

Alberto Zambade
Todos los derechos reservados Copyright 2007

18 de octubre de 2007

La leyenda de los seis guerreros.

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Paseando por la web me he topado con esta leyenda de guerreros que está escrita por una blogger, Erzsebet. Espero que la disfruten. Lo de siempre ya me dirán qué les ha parecido...

Eso sí, para terminar de leer la historia y descubrir como acaba, no deben perderse el segundo capítulo... En el abajo firmante os dejo el enlace para que desveléis el final, es una leyenda con gusto legendario... Disfrútenla.
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La leyenda de los seis guerreros (Parte 1)

En el siglo XII, exactamente en el año 1119, nació la idea de formar una orden de Caballeros destinados a proteger a los peregrinos que fueran a visitar los Santos Lugares, específicamente el sepulcro de Jesucristo. Serían ocho caballeros, encabezados por Hughes de Payns, a los cuales se les entregó el antiguo Templo de Salomón y el cual dio paso a la formación de los caballeros templarios. El día que se les entregó el templo comenzaron los trabajos para poder habitar el lugar, mientras ordenaban encontraron grandes tesoros, los cuales fueron ocultados para siempre bajo un secreto insondable. En los días que pasaron juntos movieron cosas que no debieron jamás tocar a nadie y abrieron puertas que no debieron ni abrir ni transpasar jamás. Una noche, los nueve caballeros realizaron un rito donde juraron lealtad a la Orden templaria, a la hermandad y, por encima de todo, juraron guardar en secretos muchas cosas que el mundo aún no estaba preparado para saber. Sin embargo, ellos quisieron ocupar estos secretos en beneficio de la orden, no para obtener poder como se ha contado en muchas leyendas, ya que sus principios no encajaban con esta visión. Justo antes de apagar la última vela, que cerraría el pacto de estos nueve caballeros, apareció una figura fantasmal ante ellos. Era un hombre con túnicas blancas, una pequeña barba de ojos apacibles que en un principio creyeron que era Jesucristo, aunque también pensaron que podría ser Juan Bautista. Este hombre les dijo que dentro de 197 años sucedería algo muy importante en el mundo. No les especificó con certeza lo que estaba por suceder. Por ello tendrían que ser ellos mismos, aquellos caballeros, los responsables de formar las grandes batallas de la religión "El holocausto". "Nacerán cuatros hombres y dos mujeres", les dijo la figura espectral y les indico el año exacto. "En 1272 nacerían dos de los hombres los cuales debéis bautizar como Belenus y Sother respectivamente", continuó "en 1278 llegaría la mujer a la cual debéis bautizar como Amithes, en 1279 llegaría otro hombre el cual debéis bautizar como Palemón, en 1281 nacera Anthanatos y, finalmente, en 1285 nacerá la última mujer a la cual debéis bautizar como Arael", concluyó. "A esta bella mujer y a esos hombres les deberán de proteger y educar en el seno de su familia y convertirlos en verdaderos caballeros templarios cuando cumplan la edad de 18 años, puesto que ellos serán los futuros maestres y futuros lideres que encabezaran los ejércitos Templarios.
Continua en... La leyenda de los seis Guerreros (Parte 2) no te la pierdas.

Fuente Original: Blog de Erzsebet

Alberto Zambade
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16 de octubre de 2007

La leyenda del Espantapájaros. Un corto de Marco Besas.

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Para los amantes de las buenas leyendas, que al parecer sois unos cuantos, os dejo este corto de Animated short combining traditional and 3D animation. Es una historia preciosa, bueno una leyenda preciosa, se basa de un espantapájaros que cobra vida cuando decide cambiar radicalmente la vida que tiene para pasar a ser amigo de las aves. El corto es del Director Marco Besas, no se lo pierdan...

La leyenda del Espantapájaros

http://www.youtube.com/watch?v=kwlM4JXTQX8

Alberto Zambade
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10 de octubre de 2007

La leyenda de las cinco águilas blancas

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Hoy os traigo una leyenda típica de las tierras de Venezuela, animada por Celeste, una de mis mejores lectoras, la cual me invitó a meterme de lleno en las leyendas tradicionales de su hermoso país, para conocer un poco más su cultura ancestral la cual ha sabido pervivir con el paso del tiempo.

Quiero, pues, dedicársela a ella personalmente y también agradeceros a todos / as el calor que le dáis a mi pequeño ricón de leyendas, historias, mitos y relatos, porque sin vuestros comentarios este pequeño mundo caería en el olvido de todos.

Por Celeste y por ustedes, disfrútenla...
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Las cinco águilas blancas

Según la tradición de los Mirripuyes , fue Caribay la primera mujer. Era hija del ardiente Zuhé (el Sol) y la pálida Chía (la Luna). Era considerada como el genio de los bosques aromáticos. Imitaba el canto de los pájaros y jugaba con las flores y los árboles. Una vez Caribay vio volar por el cielo cinco águilas blancas y se enamoró de sus hermosas plumas. Fue entonces tras ellas, atravesando valles y montañas, siguiendo siempre las sombras que las aves dibujaban en el suelo. Llegó al fin a la cima de un risco desde el cual vio como las águilas se perdían en las alturas. Caribay se entristeció e invocó a Chía y al poco tiempo pudo ver otra vez a las cinco hermosas águilas. Mientras las águilas descendían a las sierras, Caribay cantaba dulcemente. Cada una de estas aves descendieron sobre un risco y se quedaron inmóviles. Caribay quería adornarse con esas plumas tan raras y espléndidas y corrió hacia ellas para arrancárselas, pero un frío glacial entumeció sus manos, las águilas estaban congeladas, convertidas en cinco masas enormes de hielo. Entonces Caribay huyó aterrorizada. Poco después la Luna se oscureció y las cinco águilas despertaron furiosas y sacudieron sus alas y la montaña toda se engalanó con su plumaje blanco. Éste es el origen de las sierras nevadas de Mérida. Las cinco águilas blancas simbolizan los cinco elevados riscos siempre cubiertos de nieve. Las grandes y tempestuosas nevadas son el furiosos despertar de las águilas, y el silbido del viento es el cano triste y dulce de Caribay.

(leyenda Venezolana)
Rescatada del blog: Leyendas Paganas

Alberto Zambade
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8 de octubre de 2007

La leyenda de Maui

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Os regalo una historia de las Islas Fidji, las cuales están plagadas de hermosas leyendas.
Disfrútenla....
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La leyenda de Maui, el dios que levantó los cielos y descubrió las Islas Fidji.

Las leyendas de la polinesia llegaron hasta las islas Fidji. En ellas se cuenta que Maui, “levantó los cielos”, lo que significa que navegó hacia Oriente, deshaciendo el camino del Sol. Siendo Maui un héroe común para todos los polinesios, cada isla tiene de él sus tradiciones propias y es natural que, por la ley general del desarrollo de las leyendas se le acumularan hazañas de otros héroes contemporáneos y aún posteriores. Pero en lo que coinciden únicamente las leyendas del lugar es en asegurar que Maui fue un gran navegante, que guió a sus gentes en un viaje a través del Pacífico. Por él salieron de los lugares extremamente peligrosos de las Islas de Indonesia y Nueva Guinea, pobladas de razas negras, malayas y mongólicas, y llegaron al paraíso terrenal, que son sin duda las bellas Islas del archipiélago de Fidji y más allá aún, a Samoa, Hawai y Tahiti.

Allí no había enemigos de ninguna clase ni animales dañinos; la naturaleza tropical producía y produce frutos en abundancia para abastecer todas las necesidades. En aquellos momentos las gentes que le siguieron se alimentaron de plátano, que nace indígena en aquellas islas; del árbol de pan, que fueron plantados por los polínesios de Avaiki con anterioridad; y de la batata o patata dulce, que parece originaria de América o al menos es en América donde suele crecer espontáneamente.

Durante todo el periodo heroico los polinesios, que coinciden con la Edad Media en Europa, sus leyendas describen innumerables viajes, conquistas y descubrimientos. Los polinesios hablan de esta época como de su gran edad dorada; dicen en ellas “que visitaron todos los lugares de la tierra” y se hicieron “prácticos en la navegación”. De uno de sus héroes se cuenta que, cuando las canoas se pudrían, construían otras y paró continuar con las expediciones hasta no tener canoas suficientes para seguir conociendo mundo. Pero también a veces se dice fríamente “de algunos que fueron hacia el Oeste y se perdieron.” Y entre las tradiciones que se cuentan de los sobrevivientes de las Islas Marquesas se dice en sus leyendas que “un tal Gataneva marchó con cuatro canoas a descubrir tierras, llevando gran cantidad de agua y provisiones, pero nunca más se supo de él…” De otra expedición se dice “Cuatro días después de haber marchado, los brujos y los sacerdotes empezaron a gritar que habían tenido revelaciones de que la expedición había conseguido descubrir nuevas Islas, donde había abundancia de todo lo deseable. Excitados por estas nuevas noticias otros aventureros construyeron nuevas canoas y partieron también, pero ni de unos ni de otros se ha sabido nada más”.

Y es que la aventura de ir en busca de nuevos retos, nuevas culturas y nuevos mundos no sólo le atrajo en su día a Maui y su pequeño poblado de Polinesios, si no que aún hoy se sigue viajando y luchando contra el tiempo, descubriendo nuestro pasado más oculto para seguir explicando el mundo tan sumamente extraño en el que vivimos.

(Leyendas de Australia)
Origen Islas Fidji.


Alberto Zambade
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4 de octubre de 2007

Sputnik y la leyenda del espacio

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Sputnik y el amanecer de la edad del espacio
La historia cambió el 4 de octubre de 1957, cuando la Unión Soviética lanzó con éxito Sputnik I. El primer satélite artificial del mundo similar al tamaño de una pelota de baloncesto, que pesó solamente 183 libras, y recorrió cerca de 98 minutos para moverse en órbita alrededor de la tierra en su trayectoria elíptica. Este lanzamiento se ha llevado en la actualidad en nuevos progresos políticos, militares, tecnológicos, y científicos. Por aquellos años el lanzamiento de Sputnik era un sólo un gran acontecimiento que, indudablemente, marcó el comienzo de la raza de la edad del espacio y del estudio por el espacio en los E.E.U.U. y en la U.R.S.S.

La historia comienza en 1952, cuando el Consejo Internacional de Uniones Científicas (CIUS) decidía establecer el 1 de julio de 1957, al 31 de diciembre de 1958, el año del geofísico internacional (IGY) porque sabían los científicos que los ciclos de la actividad solar entonces estarían aumentando en un alto punto. En octubre de 1954, el consejo adoptó una resolución en la cual propusieron que los satélites artificiales fuesen lanzados durante el IGY para trazar la superficie de la tierra de forma circular.

En julio de 1955, la casa blanca anunció planes para lanzar un satélite Tierra-orbiting para el IGY y solicitó ofertas de varias agencias de la investigación del gobierno para emprender el desarrollo del lanzamiento. En septiembre de 1955, la oferta naval de la vanguardia del laboratorio de investigación fue elegida para representar los E.E.U.U. durante el IGY.

El lanzamiento de Sputnik cambió todo. Como logro técnico, Sputnik cogió la atención del mundo y el público americano lo guarda en su memoria como uno de los mejores acontecimientos que ha realizado los EE.UU. Su tamaño era más impresionante que la carga útil prevista de 3.5 libras de la vanguardia. Además, el público americano temió que la capacidad y la inteligencia de los soviéticos hiciera posible que lanzaran satélites también traducidos a la capacidad para poder lanzar los misiles balísticos que podrían llevar a la creacción de armas nucleares en Europa y en E.U.U. Los soviéticos, por aquel entonces, apostaron otra vez en mejorar su tecnólogía y el 3 de noviembre Sputnik II fue lanzado llevando una carga útil mucho más pesada, incluyendo un perro nombrado Laika. Inmediatamente después del Sputnik que se lanzo en octubre, el departamento de la defensa de los E.E.U.U. respondió al furor político aprobando el financiamiento para otro proyecto del satélite de los E.E.U.U. Como alternativa simultáneo a la vanguardia, Wernher von Braun y su equipo del arsenal de Redstone del ejército comenzaron el trabajo sobre el proyecto del explorador.

El 31 de enero de 1958, la marea cambió, cuando los Estados Unidos lanzaron con éxito a explorador I. Este satélite llevó una carga útil científica pequeña que descubrió eventualmente las correas magnéticas de la radiación alrededor de la tierra, nombrada después por el investigador principal James Van Allen en diferentes artículos y conferencias científicas. El programa del explorador I continuó con una serie de estudios en curso acertados y descritos como la nave espacial más ligera, científico útil. El lanzamiento de Sputnik también condujo directamente a la creación de NASA (NASA). En julio de 1958, se celebró el congreso de la aeronáutica nacional y se hizo un acto para inaugurar la era del espacio (comúnmente llamado el “acto del espacio”), naciendo con él NASA el día 1 de octubre de 1958 por votación unánime del comité consultivo nacional para la aeronáutica (NACA) y otras agencias de estatal en la investigación científica.

Web oficial: la Nasa

Alberto Zambade
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1 de octubre de 2007

Compañeros de Viaje. Relato Corto.

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Hoy os traigo un relato de esos que son maravillosos, que nos hacen transportarnos en el tiempo, de la mano de mi gran compañero de letras, al que muchos de ustedes ya conocen bien.
Con su manera de ver cada instante con esta intesidad que le identifica y le diferencia del resto de escritores no les hago esperar ni a él ni a ustedes más tiempo. De nuevo nos deleíta con sus letras Cayetano Betones, un aplauso.
Disfrútenlo tanto o más como lo hice yo...
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COMPAÑEROS DE VIAJE

Siempre que viajo en cualquier medio de transporte público, tal vez sea por la monotonía y pasividad que se produce, me divierte saber o adivinar la profesión de mis compañeros de viaje. Me ha ocurrido muchas veces que no cese en mi empeño hasta encontrar respuesta a mis dudas. Es cierto que, en honor a la verdad, casi nadie es lo que aparenta, si no es que se nos coge in fraganti con las manos en la masa.
No lo puedo evitar, tan pronto me siento frente a alguien, mis ojos se convierten en microscopios y mis oídos en intuitivos espías, tratando de encontrar el cabo que me lleve al ovillo. Provoco conversaciones y comentarios que me faciliten la investigación, sin otro propósito que dar reposo a mi mente.
Durante un viaje en tren de Valencia a Madrid, destino Gijón, coincidió que tres pasajeros (dos señores y una señora) llevaban el mismo destino, por lo que hubo tiempo de conocer varios aspectos de nuestras respectivas vidas. Pero en lo que a la profesión se refiere, no encontraba la forma de llegar al meollo de mi verdadero objetivo.
Como siempre, comencé la pesquisa tratando de encontrar algún indicio en los gestos, en los movimientos y en el contenido de la conversación o modos de hablar..
Mientras miraba al señor más próximo, me decía a sí mismo: de ninguna manera responden sus modales a lo que estoy pensando; porque yo persistía en la idea de que era un alto funcionario de la banca. Pero no, un funcionario de banca es más prolífico en sus expresiones, más carismático y envolvente, como si nos quisiera embarcar en algún proyecto y una vez conseguida su rentabilidad nos vuelve la espalda, o nos hace esperar en la cola durante horas para hacer una consulta. Vale, tampoco es eso –me reprochaba-: también hay banqueros altruistas. En su forma de hablar, también encontré abuso de modismos y giros verbales mal empleados. Lucía valiosa sortija en el dedo anular izquierdo y reloj de oro, manos y uñas bien cuidadas y sin el menor vestigio de callosidades por efecto del trabajo. Es decir, terminé por convencerme de que era un proyecto de nuevo rico y defensor de la globalización, pero que aún estaba sin cultivar.

Mi otro acompañante era un hombre de tez pálida, de mediana edad, educado y poco dado a la conversación banal y frívola. Sus intervenciones eran más bien para puntualizar y matizar conceptos que para exponer un tema y someterlo a la opinión de los demás. Siempre se expresaba en un lenguaje académico y culto, lo que me hacía pensar que era un licenciado, ¡vaya usted a saber en qué rama del saber! Su mirada, a través de sus lentes, era profunda, y sus gestos congelados no se inmutaban ante la sorpresa o el prolongado silencio. Pero no había más que ver sus manos, de dedos largos y afilados, para imaginar que estaba ante un pianista o un cirujano. Sí, esos dedos son los que sacan el hígado o el corazón a los enfermos y los manejan como manejan los matarifes las entrañas de un cerdo. Seguro que no se inmutaría si me viera con las tripas fuera y luego las metería a puñetazos. ¡Qué valor! Me estremecía sólo al pensarlo.
La señora gozaba del don la palabra fluida, atropellada y directa, enlazando un tema con otro, sin demora ni reposo, pero siempre con conocimiento de causa y haciendo de fiscal en sus juicios y críticas no siempre justificados. Me pareció ver en ella todos los rasgos que caracterizan a la simpática tendera de barrio, en la que todas las noticias llegan a sus archivos para luego divulgarlos como merecido premio a sus clientes. Cierto, no estaba equivocado, porque sólo había transcurrido media hora de conversación cuando ya había desempolvado la historia de su vida y de medio centenar de vecinos, desde sus antepasados, hasta nuestros días. Es muy halagador -susurré vanidoso.

Sucede que cuando ya me daba por vencido y era incapaz de desvelar el secreto tan celosamente guardo por los otros dos compañeros de viaje, una señorita con aspecto débil y enfermizo, sufre una lipotimia y alguien se levanta demandando la presencia de un médico. Mi compañero, de los dedos largos y afilados, como impulsado por un resorte, se levanta y confiesa: “Sí, yo soy médico”. Sus palabras llegaron a mis oídos como llega la más dulce melodía, y nuevos aires de triunfo me envanecieron por un momento hasta sentirme capaz de descubrir todos los secretos de la naturaleza. No es para tanto, imbécil, es más casualidad que intuición. Además, todavía falta uno por adivinar. Sí, es cierto, no sé a qué viene desollar al zorro antes de cazarlo –mascullé para mis adentros.
No obstante, mi estrategia investigadora seguía su curso, y el supuesto banquero no estaba por la labor de colaborar para redondear el mayor triunfo moral de mi vida. Pero el tren seguía como una serpiente arrastrando su barriga por los maravillosos paisajes castellanos hasta que, en éste estado de cosas, llegamos a la estación de Jovellanos cuando ya anochecía. Y cuál no fue mi sorpresa cuando, al bajar del tren, a la vez que me ofrecía su mano para despedirme, con la otra me entregaba una tarjeta a la vez que me decía: Si tienes algún dinero que guardar, éste es tu banco. ¡Aleluya!

Cayetano Bretones (Gore)

Alberto Zambade
Todos los derechos Reservados Copyright 2007

27 de septiembre de 2007

La leyenda de Oisin

Hola Lectores:

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Saludos del Dardo
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Hoy os traigo una leyenda muy especial, que espero que os guste... Y digo que la leyenda es muy especial, porque me llegó directamente de la mano de una de mis lectoras, de Virginia Izquierdo, es una gran compañera que vive enamorada de las buenas leyendas.

Por favor, disfrútenla tanto como la disfruté yo en su momento...
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Hola Alberto:
Te envió la leyenda irlandesa de Oisin. Es muy especial para mí, pues así se llama el hijo de mi pareja.

Espero que te guste.

La Leyenda de Oisin
Un día, vigilando la costa cercana a Kerry, el héroe irlandés Fionn y sus soldados, los Fianna, vieron salir del mar a una bellísima mujer de cabellos dorados. Aquella hermosa mujer se detuvo frente a Fionn y le contó que estaba enamorada de un hombre de Irlanda, que quería casarse con él y tenía necesidad de llevárselo a Tír na nÓg, la tierra de la eterna juventud...
Por un breve instante, Fionn y la extraña mujer se miraron a los ojos y volviéndose despacio hechó una mirada tierna seguida de una sonrisa a Oisín, el hijo de Fionn. Oisín se montó entonces en el corcel blanco de la bella Niamh y partieron ambos a Tír na nÓg. El viaje fue largo. Cabalgaron durante días sin demora. Cuando llegaron a la tierra de la eterna juventud fueron recibidos con una calurosa bienvenida de manos del mismísimo Manannán mac Lir, el dueño y señor de aquellas tierras mágicas, y padre de Niamh. Pero cuando parecía que toda esta historia daba la impresión de acabar felizmente, todo dio una vuelta de tuerca en sus vidas...

Oisín, con el paso del tiempo, añoraba muchísimo a Irlanda, a su padre y a sus compañeros; le pidió a su esposa un único favor después de tantos años al cuidado de su amor. Le dijo que necesitaba que le prestara el corcel blanco con el que llegó hasta la tierra de la eterna juventud, para así poder volver a visitar su tierra natal y reencontrarse con sus seres queridos después de tanta ausencia. Ella le rogó encarecidamente que no se marchase, pero al final accedió con una condición diciéndole: "Cariño, podrás volver a ver a tus seres queridos pero deberás hacerlo siempre que permanezcas constantemente montado encima de tu caballo y no toques el suelo, sólo así podrás visitar cuantas veces quieras la tierra donde naciste para luego volver junto a mí." Y así Oisín se marchó de vuelta a su patria a través del Océano.

Al llegar a Irlanda Oisín notó que todo había cambiado, que todos los lugares donde solía estar su padre algunos habían desaparecido y otros estaban deshabitados por completo, el tiempo había seguido su curso inquebrantable, su mordaz paso había hecho desaparecer sus recuerdos más íntimos. Pues su tierra y su infancia estaban ahora deshabitadas; y el breve tiempo que estuvo allí no logró ver a ninguno de los Fianna por ninguna parte. Únicamente a hombres normales y corrientes. "¿Qué habrá sucedido?" Se preguntaba. Entonces se acercó lentamente a uno de los hombres del lugar y les formuló la misma inquietud que se preguntaba él, y ellos le respodieron: "¿Los Fianna? ¿Fionn mac Cumhail? Nunca hubo nadie llamado así, antiguamente se solían contar historias acerca de los Fianna, una raza de gigantes que se comían a la gente, pero ya nadie las cuenta, ni nadie sabe de ellos. Nadie los a visto nunca".

Oisín se dio cuenta de que habían pasado más de 300 años desde su partida, mientras que él había pensado que habían sido únicamente 3 años de su vida. Les contó, pues, a los hombres la verdadera historia de los Fianna. Les habló de cómo vivían, de sus artes en la caza, de su gran fuerza y tras ello pensó en regresar de nuevo a Tír na nÓg. Pero antes de partir un hombre le dijo que probase la historia de los Fianna y su tremenda fuerza, levantando una gran roca con una sola mano. Oisín, sin pensarlo, lo hizo, pero mientras levantaba la roca, se desprendió la silla de montar su corcel cayendo al suelo estrepitosamente. En aquel momento los 300 años que habían pasado cayeron sobre él convirtiéndole en un anciano débil que yacía tumbado sin remedio, dando muestra de que la historia de los Fianna era tan cierta como el paso del tiempo.

(Leyendas Irlandesas)

Autora: Virginia Izquierdo
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Alberto Zambade
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21 de septiembre de 2007

21 de Sept. Día Internacional del Alzheimer. Relato Corto.

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Estimados lectores / as:

Hoy, dia 21 de septiembre, he querido unirme al día internacional del Alzheimer para no olvidar a quienes ya no pueden recordarnos. Y lo hago de un modo especial, con el fin de valorar a todoas aquellas personas que trabajan porque cada día se les haga más llevadero el tiempo a todos los que padecen de Alzheimer, ofreciéndoos un breve relato que esxplica con claridad la dureza de esta terrible enfermedad. Según el informe presentado por la Fundación del Alzheimer en España en el año 2005 dice que el número de enfermos de Alzheimer en España se duplicará en 20 años, hasta llegar a 1,2 millones. Impresionante ¿Verdad? Si podemos recordarles, hacer que su vida sea más cómoda y renoverles la memoria con fotos, con videos, con cintas de música, estaremos contribuyendo a hacer que no se sientan perdidos y solos en un mundo que últimamente camina demasiado deprisa...

Sin otro particular, os dejo a continuación con el relato...
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Una boda improvisada

-María ¿Aceptas como esposo a Fabián?-preguntó el cura improvisado a la enamorada pareja.
-¡Cállese! Quiero irme a casa-contestó María- ¿Hijo dónde estas?
-Madre, estoy en su lado derecho, mirándola a la cara. Sí, soy yo, tu hijo-le dijo su hijo José.
Y volviéndose María hacia el lugar de dónde procedía la voz se quedó paralizada, inmóvil, intentando averiguar cuál era el rostro de su hijo.
Cuando estaba frente a él, le preguntó su hijo:
-Soy yo Madre, estoy aquí. ¿Me quieres?-la preguntó José emocionado, mientras el cura improvisado permanecía ausente y atento a la conversación.
-Sí hijo mío, te quiero mucho… mucho…-dijo María.
-Tienes muy cerca de ti, también, a tu viejito ¿Le quieres?
María se giró lentamente y ahí estaba. El amor de su vida que no logró identificar antes y que ahora permanecía frente a ella. Una sonrisa, una caricia sutil, una mirada inocente y el calor suave de unas manos fuertes que la acariciaban el rostro, la trajo el dulce recuerdo de un noviazgo que parecía haberse perdido con el paso del tiempo.
-Sí, le quiero con locura-dijo María
-Yo también te quiero, mi princesa-contestó Fabián.
-Entonces, yo os declaro marido y mujer-dijo el cura improvisado-. Pueden besarse.
Con lágrimas en los ojos, emocionada como si aquella vez fuera la primera vez que se casaban, se acercó a Fabián, lo miró vergonzosamente y, acariciándole el rostro de forma suave, le susurró un escueto:

“Te quiero Fabián”
“Yo también te quiero María”

Fabián sabía que más tarde a María se le olvidaría todo. Para él cada boda era diferente, igual que para ella, y ese era el motivo por el que le empujaba a celebrar su boda todos los años por la misma fecha. Para él esa boda, era su boda número 42. Para ella, era el día de su boda, el día más feliz de su vida. Por eso el cura era improvisado, sino le hubiese salido celebrar su boda cada año por un ojo de la cara; el cura era el mejor amigo de José.

Hoy, precisamente, día 21 de septiembre, se celebra el día Internacional del Alzheimer. Muchas son las personas que lo sufren en la actualidad, algunos en silencio que resulta todavía más triste. Fabián pensaba que para combatir el Alzheimer debía estar codo a codo con ella todos los días del año y hacerla recordar los momentos más felices de su vida. Y yo pienso igual. Las víctimas que padecen esta enfermedad no deben estar solas nunca.
Sólo con pensar que, en aquel instante, María se sentía la persona más feliz del mundo, te anima y te ayuda a seguir luchando junto a estas personas todos los días, para lograr derrotar al Alzheimer algún día… algún día…

Alberto Zambade
Todos los derechos reservados Copyright 2007
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17 de septiembre de 2007

Algún día. Relato del escritor Javier Guerrero.

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El relato que os presento a continuación está contado de la mano del escritor Javier Guerrero. Me ha brindado la oportunidad de poder darle luz desde mi rincón para que sigamos disfrutando de sus maravillosas vivencias, que de alguna forman explican su existencia al paso por este mundo. Es un escritor de Madrid con un potencial que salta a la vista sólo con leer un par de frases iniciales en sus breves relatos. Espero que disfruten tanto o más, como lo hice yo cuando lo leí en su momento. Por una sencilla razón, porque las palabras viven con lo que vive. Gracias Javier por darme la oportunidad de ofrecer a través de mi blog un trozo de tu gran obra y una pequeña parte de tu vida. Tienes madera de escritor.
Léanlo y luego comentamos...
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Algún Día
Autor: Javier Guerrero
Profesión: Escritor.


Hacía calor y el zumbido de las moscas estaba en cualquiera de los tenderetes como uno más de aquellos condicionantes insalubres, y se veía alguna rata asomando indecisa la cabeza por alguna alcantarilla, y las vacas comían plácidas e indiferentes toda clase de basuras, y había muchos puestos de mangos y plátanos que eran el manjar de los insectos y la subsistencia de algunos niños escuálidos que danzaban con una felicidad triste y contagiosa que provenía de la multitud, o quizás de los colores, o de las lluvias, y a mi me inspiraba lástima y pesimismo para las generaciones venideras. Y mucha impotencia. Y por la noche contemplé la estampa gris en mitad de los colores, que era la estampa de las prostitutas. Era la ciudad más grande del este de La India, con sus once millones de almas y sus miles maneras de nacer, de vivir, de morir, y en definitiva, de ser partícipe en un lugar donde Dios, o la naturaleza renegaron de la generosidad. Yo casi no podía creer que también era ciudad para emigrantes. Se emigra de La India a Holanda, o a Inglaterra, o de Marruecos a Francia, o de Ecuador a España. Pero... ¿Dónde había un infierno? ¿En qué lugar había tanto miedo a los amaneceres de miseria? Me lo contó un niño. Me dijo que se llamaba Kahn. Hablaba de las catástrofes naturales y de los desastres inventados por los hombres, de la hambruna, de las guerras, de los choques violentos entre los grupos étnicos sufridos en otros lugares de un país donde las distancias son continentales. A nosotros nos echaron de la aldea, nos destrozaron toda la mercadería y los utensilios del campo. Y un día llegamos a Calcuta, y la ciudad no tenía capacidad para ese aluvión de emigración interior, y somos demasiada gente para que se garanticen unas condiciones mínimas de subsistencia y nos convertimos en cómplices y protagonistas de la vida en las aceras llenas de chabolas, y aquí no hay oportunidades, y así mi madre y mi hermana terminaron de prostitutas.
¿Prostitutas? Sí, también las traen de Bangladesh y Nepal. Hay mucho dinero de por medio. Una niña guapa y virgen puede suponer 6000 euros, que son más de 300000 rupias. Otras no valen más que 7000 rupias. Luego hay que trabajar y lo consiguen los sucios proxenetas encerrando, torturando, violando. Mi madre no se negó, pero mi hermana sufrió las embestidas de los hombres crueles. Le rompieron las muñecas y aún mantiene intacta una cicatriz debajo de uno de sus ojos del color de la piel de los mangos. Marcas del barrio rojo. Muchas mujeres ya han probado el infierno, miles de mujeres. No hay una estimación concreta, pero por aquí se habla de más de 20000, con muchas niñas de menos de catorce años, criaturas muy bonitas con rostro de princesas y mucha inocencia en la mirada. Se habla de que las niñas no tienen sida y aquí los seropositivos están a la orden del día. Yo había leído algo en el hotel Manor. The New York Times dejaba caer una noticia con todos los tintes de la desgracia. Se prevé que en el año 2010 La India será el país con más seropositivos del mundo: entre 20 y 25 millones de indios estarán infectados.
Su hermana se llamaba Tana. Cuando llegó a Calcuta tenía quince años y un rostro con el brillo del que asume nuevas aventuras y siente algún brote de optimismo en el espíritu, pero la esperanza inicial se truncó vilmente, porque a las aldeas no nos llega información y no tenemos ni remota idea de lo que sucede en el resto del país. Un hombre envuelto en harapos la debió agarrar entre el tumulto, y a rastras se la llevó al barrio rojo de Sonagachi. Y empezó a trabajar, allá donde los matices del rostro de las prostitutas adquieren unas dimensiones de tristeza y amargura difíciles de encontrar en cualquier otro rincón del planeta. Allá, en una esquina del infierno. Allá, donde las mujeres y las niñas reciben las embestidas de las impudicia entre lágrimas, mirando al techo, y convierten en ficción los suspiros del dolor. Allá, entre basura, decadencia y vicio. Un día se escapó del burdel. Apareció la cabo de una semana en Nueva Delhi. Yo creó que fue allí a enamorarse. Y así ocurrió. Se enamoró de un tipo nepalí que había trabajado en Jaipur y llevaba una año trabajando de jardinero en una acomodada zona residencial de Delhi. El hombre le contó que sus intenciones eran ir en breve a Calcuta y reanudar los negocios de mercadería que tuvo hace años con un primo suyo, que ahora requería su ayuda porque tenía una enfermedad que le ocasionaba constantes diarreas y dolores de cabeza. Una vez allí, su destino la arrastró de nuevo hacia Sonagachi. Su amor de porcelana se había roto en tres pedazos, en uno estaba asentada en la traición, en otro la falta de escrúpulos y en el tercero la más cruel de las mentiras. Del tipo, que estaba casado y tenía tres hijos, nada se volvió a saber desde que ejercitó el envío al barrio rojo. Ella escribió un poema. Se llamaba Sueño de amor convertido en sueño negro y debía ser triste como las almas corrompidas de los proxenetas esquivando las fogatas de un infierno inventado para ellos.
Cuando Tana me dio a leer el poema, no tuve valor ni para enfrentarme al primer verso. La miré con una lástima que debió ser dolorosa para ella y acaricié su pelo con toda la complicidad y la impotencia que requería el momento. A su lado estaba Azmina, muy envejecida para sus sesenta años de edad, con su aroma a rosas y a curry, y sus collares de rupias, y su rostro anclado en una indiferencia que era como una tristeza eterna. Había llegado al barrio rojo cuando era una niña, y sus padres, que no tenían ni para pan, la vendieron a una mujer que se aprovechó del hambre, la incultura y la indigencia. Primero les prometió un trabajo decente para Azmina. Horas más tarde llegaron los castigos físicos hasta que no tuvo más remedio que acceder a acostarse con el primer cliente y vender su virginidad, de la cual se hacía propiedad un viejo crápula desdentado y maloliente que a menudo aparece en las pesadillas de Azmina. A sus padres jamás les volvió a ver y a menudo siente un frío helador en el alma cuando piensa en la complicidad que ellos tuvieron con la dueña del burdel. Me dijo que ya apenas le quedaban clientes. Estoy vieja, muy gastada, y soy una puta con muchas horas de trabajo, ahora vivo de la mísera caridad de las otras putas, que me dan algo de dinero a cambio de que les cuide a sus hijos, me confesó estática, con la mirada clavada en el suelo, tal vez sin miedo, quizás pensando que apenas cabía más dolor en su vida. Estaba tan arraigada al sufrimiento, o quizás tan asentada en su desgracia que rehusó venir conmigo.
Tana y Kahn me lo iban contando por el camino. Hay problemas para los niños del barrio rojo. Viven entre las tinieblas del desarraigo familiar, que los deja cómplices de la soledad, vagando solos por las calles. Ni siquiera saben si realmente quieren a sus madres, que se deben a los favores sexuales de sus clientes y los dejan abandonados, y por ahí van, vagando sin sentido por Sonagachi. Me los llevé a la Fundación de una amiga, Urmi Basu, una millonaria bengalí que miró de frente a la miseria, y fue buscando a sus protagonistas. Aquello era un lugar seguro. Había médicos jóvenes con la imagen muy descuidada, muy volcados en su trabajo, y un poco inseguros, como es relativo a la condición de principiantes. La trabajadora social se llamaba Sandra, y su divorcio la trasladó a Calcuta. Kahn no dejaba de mirarla, con esa timidez y atracción, que los hindúes tienen frente a las mujeres europeas. Era rubia, de ojos azul marino, y tenía un aire como de espíritu de carne y hueso, muy volátil, muy sigilosa, y con el rostro rosáceo de los angelitos, o quizás de las infantas del siglo XVII. Luego llegó Urmi, con su bondad escondida tras la severidad de su rostro, y creo que me habló sin creer rigurosamente lo que decía: algún día desaparecerá el tráfico de niñas de las aldeas a las ciudades. Algún día, pensé yo, algún día estaremos muertos y no sabremos acerca de los nuevos acontecimientos. Algún día, remarqué, es la frase más gastada de la humanidad.
Me despedí de los niños antes de tomar mi vuelo a Madrid, vía Ámsterdam. Tomé precauciones en la garganta, pero no pude asegurarme la voz, que salía quebrada. Les dije que volvería, pero seguramente sería un adiós definitivo. Dije: suerte muchachos, nos volveremos a ver. Al salir, me sorprendió encontrarme a Azmina, que seguía llorando sin lágrimas y buscaba la imagen de Urmi.
Alberto Zambade
Todos los derechos reservados Copyright 2007

12 de septiembre de 2007

La leyenda del pescador Urashima

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Saludos del Dardo
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Hoy os traigo una leyenda japonesa precisa y ejemplar que aún hoy se sigue conservando entre la gente, impregnada en lo más profundo de la Cultura Japonesa, tratada y transmitida como un legado histórico muy importante dentro de Japón.
Os dejo a continuación con ella, para vuestro disfrute... Háganla, pues, suya...
Espero que les guste...
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La leyenda del pescador Urashima y su visita al fondo del mar

Urashima vivió, hace cientos y cientos de años, en una de las islas situadas al oeste del archipiélago japonés. Era el único hijo de un matrimonio de pescadores. Una red y una barquichuela constituían toda su fortuna. Sin embargo, el matrimonio veía compensada su pobreza con la bondad de su hijo Urashima. Y sucedió que cierto día el muchacho caminaba por una de las calles de la aldea, cuando de pronto vio a unos cuantos chiquillos que maltrataban a una enorme tortuga. De seguir de aquel modo mucho tiempo hubieran acabado por matarla y Urashima decidió impedirlo. Se dirigió a los chicos, y, reprendiéndoles por su mala acción, les quitó la tortuga. Cuando la tuvo en sus manos pensó dejarla en libertad y para ello fue hacía la playa. Una vez allí la llevó a la orilla y la dejó en el mar. Vio como la tortuga se alejaba poco a poco y cuando la perdió de vista Urashima regresó a su casa orgulloso de haberla salvado. Sentía una gran satisfacción por haber librado al animal de sus pequeños verdugos. Transcurrió algún tiempo desde aquel día.

Una mañana, el muchacho se fue a pescar. Tomó el camino que conducía a la playa y cuando llegó puso la barca en el agua, se montó en ella y remó mar adentro. Llevaba largo rato remando y por momentos perdió de vista la orilla; decidió echar al agua su red y cuando tiró para sacarla hacia fuera notó que le pesaba más que de costumbre. Cuando logró levantarla, con gran sorpresa, vio que dentro de la red estaba la tortuga que él mismo echó al mar, la cual, dirigiéndose a él, le dijo que el rey de los mares, que había visto su buen corazón, la enviaba para conducirle a su palacio y casarle con su hija, la princesa Otohime. A Urashima le entusiasmaban las aventuras y accedió muy gustoso, aunque la incertidumbre no dejaba de merodearle en su cabeza. Juntos, la tortuga y Urashima, se fueron mar adentro hasta que llegaron a Riugú, la ciudad del reino del mar. Era maravillosa. Sus casas eran de esmeralda y los tejidos de oro; el suelo estaba cubierto de perlas y grandes árboles de coral que daban sombra a los jardines; sus hojas eran de nácar y sus frutos de las más bellas pedrerías.

Hacia los asombrados ojos de Urashima, avanzaba una hermosísima doncella: era Otohime, la hija del rey del mar. Le recibió como a un esposo y juntos vivieron varios días en una completa felicidad. Todos colmaban al pescador de todo género de atenciones, y entre tanta delicia, Urashima no sintió que el tiempo pasaba. No podía precisar desde cuándo estaba allí. ¿Para qué iba a querer saberlo? No debía importarle. La vida en aquel maravilloso lugar le parecía inmejorable; nunca pudo soñar nada semejante. Y cuando más feliz estaba, sucedió que un día se acordó de sus padres. ¿Qué sería de ellos? Sin duda sufrirían mucho sin saber lo que había sido de él. Y desde aquel momento la tristeza se apoderó de todo su ser. Nada lograba distraerle; ya no encontraba aquel lugar tan encantador y hasta le pareció menos bello. Sólo deseaba una cosa: volver junto a sus queridos padres. Y así se lo comunicó una mañana a su esposa, cuando ésta procuraba por todos los medios averiguar la causa de su pena. Al decirle Urashima lo que quería, Otohime se entristeció; procuró convencerle de que se quedara junto a ella, pero nada cambió su decisión, ni siquiera el amor que ambos habían cultivado juntos todo ese largo tiempo. El pescador estaba firme en su propósito. Así, pues, Otohime prometió devolverle a la aldea y con un lucido cortejo le acompañó hasta la playa. Cuando al fin llegaron, la princesa entregó a Urashima una pequeña caja de laca, atada con un cordón de seda. Le recomendó que, si quería volver a verla, nunca la abriese. Después se despidió de él y con su acompañamiento se internó en el mar.

Pronto Urashima la perdió de vista. Con la cajita en sus manos, miraba fijamente a las aguas. Así estuvo algún tiempo y después recorrió la playa con la esperanza de ver de nuevo a su padres. De nuevo estaba en su pueblecito. Las mismas arenas, las rocas de siempre, el mismo sitio donde de pequeño tantas veces había ido a jugar. Le parecía que su vida en la cuidad del mar había sido un sueño. “¡Qué lejos todo aquello!” pensó. Entonces encaminó sus pasos hacia su casa, pero cuando entró en la aldea no supo por dónde tirar. La encontraba completamente cambiada, no la reconocía. Las casas eran más grandes que antaño, con tejados de pizarra que sustituían a los de paja, todo era diferente. La gente se vestía con vistosos quimonos bordados. Parecía otro lugar. Y, sin embargo, era su pueblo, estaba convencido de ello. La misma playa, las mismas montañas, sólo las casas y la gente habían cambiado. Entonces decidió preguntar a unos muchachos dónde se encontraba la casa del pescador Urashima, puesto que éste era también el nombre de su padre. Los muchachos no supieron responderle, no conocían a tal pescador. Entró en un comercio e hizo la misma pregunta al dueño, pero éste le dijo lo mismo que los chicos, “nunca habían oído hablar de tal pescador”. Entonces pensó que quizás tampoco era cierto el hecho de que su padre de siempre le transmitió que un anciano legendario del pueblo era el que creía conocer a todos los habitantes de la pequeña aldea. En esto quizás sí acertó su padre, porque al pasar por allí un hombre que debía de tener muchos años, a juzgar por su apariencia, dijo con voz tenue que él sabía mil historietas antiguas del pueblo y conocía las vidas de sus antiguos habitantes. Urashima se dirigió a él, por indicación del dueño de la tienda y le preguntó dónde estaba la casa del pescador Urashima. El viejo no contestó, se quedó un momento pensativo, y al cabo de un rato reaccionó diciendo.

-Casi lo había olvidado, hijo. Han pasado más de cien años desde que murió el matrimonio. Su único hijo cuenta la leyenda que un día salió a pescar y que a partir de entonces nadie volvió a saber lo que le sucedió al pequeño.

Urashima empezó a comprender. Mientras vivió en la ciudad del mar había perdido la noción del tiempo. Lo que le habían parecido sólo unos cuantos días en realidad habían sido más de cien años. No supo qué hacer. Se encontraba completamente solo en un pueblo que, aunque era el suyo, le era total y en absoluto extraño. Entonces se dirigió a la playa de nuevo, añoraba, ahora, y comprendía, entonces, el poco amor que le quedó por descubrir y prometió volver al encuentro con la princesa Otohime.
Pero pensó “¿Cómo puedo llegar hasta ella?”

En su precipitación por ver a sus padres olvidó cuándo se despidieron. También preguntarle de qué medio se valdría para volver a verla. Y de pronto recordó la cajita que tenía entre sus manos. Se olvidó de que no debía abrirla y pensó que haciéndolo quizá pudiera ir junto a Otohime. Desató sus cordones y la destapó, abriéndola por completo. Al instante salió de ella una nubecilla que se fué elevando, elevando, hasta perderse de vista. En vano Urashima intentó alcanzarla. Entonces recordó la recomendación de la princesa, su atolondramiento le había dejado en blanco. Ya no volvería a verla. Sintió, pues, que sus fuerzas le abandonaban, que sus cabellos encanecían, que su rostro se marcaba de innumerables arrugas, haciendo de su piel una suave tela; su corazón cesó poco a poco hasta que dejó de latir, hasta que al fin cayó al suelo precipitadamente, con la mirada perdida en el firmamento. Cuando a la mañana siguiente fueron los muchachos a bañarse, vieron tendido en la arena a un hombre decrépito, sin vida. Era Urashima que había muerto de viejo.

Todavía hoy algunos pescadores de ciertos pueblos del Japón cuentan a sus hijos esta historia, para que no se distraigan en sus tareas diarias. Ingeniosa, mágica, triste y ejemplarizante.
De nuevo las leyendas del Japón nos hacen ver la vida de un modo distinto, con más sentido y lógica.

Alberto Zambade
Todos los derechos reservados © 2007

7 de septiembre de 2007

Premiado y premiando...



Hace unos días recibí el premio "THINKING BLOGGER AWARD" de manos de Corazón Coraza (http://porquetetengoyno.blogspot.com/), me sorprendió muchísimo, lo cual es un honor y un placer que acojo con agrado y aprecio hacia esta gran blogger.
Precioso ¿verdad?
También se ha dado la casualidad que otra querida Blogger (Mallen (http://mallenchu.blogspot.com/), periodista de profesión) ha reconocido mi labor dándome el premio "Blog Solidario", un galardón sin desperdicio.
Por ello, ahora quiero que ustedes, reciban y expongan en su blog a continuación los dos premios que me han otorgado, puesto que también se lo han merecido por su constancia y dedicación a estos signos que llamamos letras, por cultivarlos, cuidarlos, mostrarlos y enseñarlos cada día, a los cuales vemos y leemos con gusto en su justa medida.
Por favor, pueden recoger sus premios, da igual el orden, todos son valorados con la misma categoría, y cuélguenlos con Honor en su blog.
Si me rijo por el guión me tocaría valorar a cinco, y como las leyes están para saltárselas, prefiero valorar a todos y todas.
Sencillamente, porque se lo han ganado a pulso:
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* Ricardo Muñóz José, Escritor(http://rmj-linde5.blogspot.com/)
* Cánticos desde el Infierno (http://canticos.blogspot.com/)
* Bitácoras de Bogotá (http://bitacorasdebogota.blogspot.com/)

* Reencuentro y algunas pinceladas, periodista (http://svargasb.blogspot.com/)
* El pequeño Izán (El Ruuben) (http://www.blogger.com/profile/10258694580783955853)
* Tierra de Ur, escritor (http://www.tierradeur.blogspot.com/)
* Antona, fotógrafo profesional (http://www.blogger.com/profile/01722253863356506179)
* Mayte G. Periodista (http://deliberadores.blogspot.com/)
Premiaría a Mallen y Corazón Coraza... ellas saben que lo están conmigo.

¡Un abrazo a todos y todas!